Visita de la abuela: Mi madre, desde que mi
hermano debutó con diabetes, no ha vuelto a ser la misma, se le acabó la
sonrisa, siempre estaba preocupada,… ahora que Ana acaba de entrar en la pubertad, la entiendo. Antes, ni siquiera
contaban con un glucómetro para saber cómo estaba su hijo. Cuando mi hermano
debutó coincidió con la edad en la que empiezas a salir, a llegar tarde a casa,
a tomar las primeras cervezas, los primeros cubatas, a fumar.., y el control de
la diabetes era totalmente diferente: no pasaban de las judías verdes y las
manzanas, ah! y no probar el cerdo. Cuando la vi aparecer por el pasillo del
hospital, casi sufrí el mismo dolor que cuando nos dieron la noticia de que Ana
era diabética, su cara lo decía todo. Pero al igual que yo, cuando entró en la
habitación, hizo de tripas corazón y
apareció una sonrisa en su cara para que mi peque no se preocupase. Aún
hoy, mi madre, continua en un sin vivir, la preocupación por mi hermano y por
mi hija no le da tregua.
Desde este blog intento ayudar a cientos de madres y padres, que, como en mi caso, un día recibimos la horrible noticia de “su hij@ es diabétic@”. A partir de aquel momento las preguntas invaden tu mente: ¿y ahora qué?, ¿qué hago?, ¿cómo le ayudo?, ¿seré capaz?....
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario