El tema de los cruceros está bien, pero sólo dura una semana y es bastante
carillo.
Nuestro objetivo como padres era poder disfrutar del grueso de las
vacaciones siempre en el mismo sitio, aunque de vez en cuando hiciésemos una
pequeña escapadilla. En un sitio en la playa que fuese una urbanización en la
que los propietarios tuvieran hijos de la edad de Ana para que se crease una
amistad. En definitiva, lo que queríamos es que Ana tuviese un grupo de amigos
fijos que supieran que es diabética y a si poderla dar un poco más de libertad.
En caso de que la pasase algo, sus amigos sabrían cómo actuar.
Al final, nos decidimos por Calpe en Alicante. Desde
entonces, la mayor parte de las vacaciones del colegio las pasa allí. La
primera quincena de Julio la pasa con mi madre, pero el resto, hasta septiembre,
mi madre se marcha y yo me tengo que hacer cargo. Dadas sus enfermedades no es
fácil y no nos atrevemos a mandarla a un campamento como el resto de los niños,
por lo que yo suelo pedir unos quince días de permiso sin sueldo que junto con
el mes que me corresponde y los quince días que pasa con mi madre
cubrimos los dos meses de vacaciones escolares estivales.
Ya tiene un grupo de amigos y se lo pasa genial en la piscina y en la playa. Y
yo encantada porque no para de hacer ejercicio: cuando no están nadando, están
jugando en la playa al balón, por la tarde se dan sus paseos …, bueno, lo
que os digo, que le viene fenomenal. Aunque algún día salgamos a comer o a
cenar fuera de casa, los restaurantes que solemos ir ya conocen de las
enfermedades de Ana y la tratan fenomenal, la mayoría de los días lo hacemos en
casa, respetando la cantidad de hidratos de carbono y los horarios, algo que
considero sumamente importante.
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