viernes, 22 de marzo de 2013

EL CICLO DE LA VIDA

          Al cumplir los once años Ana empezó a tener más descontrolada la diabetes. Algunos días, sin razón justificada y sin haber ingerido hidratos, sus niveles de glucosa se disparaban. Yo estaba preocupada y no sabía cómo controlarlo. En la revisión, lo puse en conocimiento de su endocrino, el doctor Guerrero, y nos dijo que tranquilos, que en estas edades, las hormonas están bastantes revolucionadas y suele descontrolarse un poco la glucemia.
          Recuerdo que cambiamos las pautas de los pinchazos: de poner Lantus (insulina de absorción lenta) por la mañana, pasamos a ponerla por la noche, con lo que logramos controlar los picos tan altos que hacía de madrugada. Fenómeno del Alba, que se llama, y que Ana antes nunca había tenido.
          Aunque me sentía bastante estresada por no llegar a poder controlar la diabetes, sabía en el fondo que es una etapa por la que hay que pasar y que no queda más remedio. No obstante, con un poco más de constancia, lo pudimos controlar y solamente en un control trimestral de glicosilada se disparó a 8. El resto ya se ajustó a sus niveles normales, entre 7 o 7, 3 como mucho.
 
 

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