lunes, 11 de marzo de 2013

NOS VAMOS DE VACACIONES I:


El año anterior habíamos decidido alquilar un apartamento porque nos daba miedo ir a un hotel. El tema de la celiaquía en aquellos tiempos era más complicado y no era tan conocido como ahora. Y nosotros más inexpertos también.
Habíamos visto en varios foros y revistas que en los cruceros no había problema para llevar una dieta exenta de gluten y este año nos decidimos a realizar nuestro primer viaje en barco.
 Ana llevaba un mes diagnosticada  de hipotiroidismo y nos adelantaron la fecha de la analítica para que no tuviéramos que suspender el viaje. Su doctora nos dijo que por nada del mundo lo suspendiéramos, que nos vendría muy bien despejarnos un poco y disfrutar después del añito que llevábamos, que desde donde estuviéramos la llamásemos y nos diría si la dosis era la correcta o había que bajarla o subirla.
Durante la contratación del viaje ya indicamos que Ana tenía que tener una dieta exenta de gluten y que, como además era diabética, había que tener cuidado con los hidratos de carbono.
No puedo olvidar que lo primero que eché en la maleta fue la báscula de la cocina, para poder pesar los hidratos que la sirvieran. Me llevé una maleta casi llena de galletas, zumos, cereales…, no me fiaba mucho.  Hoy en día, echando la vista atrás, me hace gracia.

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