Cuando diagnostican diabetes, antes de darte al alta hospitalario, te indican que es muy importante tener, al menos, un envase de glucagón en casa, en el trabajo o en el colegio,y enseñar a alguna persona cercana para que sepa cómo y cuándo administrarlo en caso de necesidad.
La función principal del glucagón es revertir aquellas situaciones de hipoglucemia en las que se ha perdido el conocimiento y no se puede tragar alimentos, haciendo que el nivel de glucosa en sangre se incremente.
Preparar la inyección de glucagón es muy sencillo. El “kit” que adquirimos en las farmacias contiene todo lo necesario y la explicación que viene en dicho “kit” es fácil de entender. No debemos tener miedo a inyectar glucagón porque cualquier persona puedo hacerlo. Se puede inyectar por cualquier vía, subcutánea (como la insulina) o intramuscular, sin ningún riesgo para la persona con diabetes. Si la persona recupera el conocimiento, entonces podemos darle hidratos de carbono, ya que el efecto del glucagón es muy rápido y podría volver a presentar hipoglucemia. Si por el contrario transcurridos 10 minutos la persona no recupera el conocimiento y no ha llegado el Servicio de Urgencias, puede repetirse la inyección.
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