jueves, 27 de junio de 2013

SE ACABARON LOS EXAMENES


             Muchos de vosotros habréis podido comprobar que durante la época de exámenes la glucemia de vuestros hijos se descontrola. En el caso de mi hija de forma considerable.
Creo que los nervios y el estrés que le produce enfrentarse a una semana completa de exámenes, unido a la falta de práctica de deporte, (en el colegio sentada toda la mañana y por la tarde, cuando llega a casa, más de lo mismo para continuar con el estudio), provocan que su glucemia se dispare y que necesite más insulina para contrarrestar los niveles altos de azúcar. Aunque, como ya sabemos, estos niveles se arrastran y duran varios días.
            Es un hándicap que han de superar. A los nervios, al estrés, al cansancio que una persona normal puede padecer durante la temporada de exámenes, en la persona diabética se une la fatiga que provoca una glucemia elevada de forma continuada y  la falta de concentración y nerviosismo  que conllevan las caídas de glucemia que se producen al administrar dosis más altas de insulina.
En mi caso, valoro en este sentido su doble esfuerzo y entiendo que, muchas veces, un notable bien podría haber sido un sobresaliente. Aunque, ojo, con esto no quiero decir que no le exija un 10; para nada, ha de esforzarse por conseguirlo al igual que el resto. Que no piense en ningún momento que por su enfermedad se le va a exigir menos.
 

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